25 DE ENERO. DE MARTINICA A LES SAINTES 

Me levanto al amanecer para hacer yoga. Aguajun está en proa estirando, hacemos ejercicios juntos en silencio, al acabar voy a por el gubal, siento la necesidad de dar música al momento, hay tiempo. Toco a la vez que sale el sol. Se levanta el resto de la tripulación, se sienta y escucha. Las notas se funden con los rayos nacientes y paro cuando aparece el sol. Nos miramos todos con bellas sonrisas.

Íbamos a ser solo tres, pero por cosas de la vida, me han solicitad permiso para que se suban al barco dos tripulantes más. Me lo pienso poco y sin conocerles, por la garantía de ser amigas de amigos del mar accedo. Iremos más apretados, pero tendremos más variedad, diversidad, diversión. De izquierda a derecha: Psimarina, Aguajun (nueva tripu), Masterino y Norwalquiria (nueva tripu). Buena pinta, todos bellos amantes del mar. Dos excampeones de España de natación. 

Salimos despues de comer. La tripu se adapta al barco, todos a pilotar, Psimarina y Masterino son navegantes y negocian bien su pareja. Norwalquiria y Aguajun tienen menos experiencia, pero pueden llevar el timón y gozan en el mar. Vamos encajando, buscamos la sincronía. El Krill navega contento. Los alisios vienen frescos.

El viaje es intenso, son casi 120 millas que hacemos en unas 15 horas. Por la noche entre islas nos entran hasta 30 nudos, siempre de aleta y el Krill vuela, hay un poco de ola y el piloto trabaja. Vienen de un cruce del charco duro, noto cierta expectacion ante una noche fuerte. Cocino unos huevos con tomate para confortar a la tripu, me toca la guardia con Aguajun y Norwalquiria, aunque vamos de noche a más de 8 nudos podemos hablar y conocernos. Atados y con chaleco, claro. Hablamos y escuchamos bien.

Cuando estoy durmiendo el piloto hace algo raro y salta el térmico, me despiertan. Me extraño, no había pasado antes. Sin más problemas a la mañana divisamos Les Saintes, es un archipiélago al sur de Guadalupe que fue estratégico para el control de esa zona del Caribe, lo llamaron el Gibraltar del Caribe y pasó de manos francesas a inglesas sucesivas veces durante los siglos XVII, XVIII, al final en el XIX pasó definitivamente a formar parte de los territorios de ultramar franceses. Hay un bonito fuerte/castillo para visitar, Fort Napoleón. Tiene dos grandes islas, Terre de Bas y Terre de Haut.

Ahora es turístico, tiene buenas zonas de buceo, y bellas calas para fondear. Es variado y tiene ese toque que los francese saben dar al caribe, un poco chic, crucerista, cuidan al navegante y al comercio. Hay conciencia medioambiental. Está limpio y bien cuidado.

 Una noche fuerte de mar, suele unir a la tripulación, si el capitán no la fastidia claro. Vamos bien.

Llegamos y fondeamos en una playa abierta. Todos al agua a bucear, empezamos a disfrutar de los fondos marinos. Nos repartimos gafas y aletas.

Para pasar la noche buscamos una cala cerrada a la cual llegamos antes que nadie, estamos casi solos. En Grand Baie.

Buceamos y nos conocemos, más y mejor. Vemos tortugas y mantas, estrellas, bellos paisajes marinos.

La sincronía del equipo sigue creciendo.

A la tarde del día siguiente vamos a "la capital" a Terre de Haut. 

 

Es un bonito embarcadero, parece un poco de juguete. Caribeño.

Contentos.

Parque infantil.

El Ayuntamiento caribeño. No hay coches. Viven 1500 personas en la isla. Es toda población de origen europeo porque aquí no hubo esclavos, pues no hubo ni hay casi agricultura, hay solo pesca.

 

Al fondear nos encontramos con mi amigo noruego Trond que está fondeando igual que nosotros.

 

Norwalquiria tambien es noruega, bonita coincidencia, vamos a cenar juntos y cantamos en la mesa en un estupendo restaurante.

 

Les Saintes se lleva muy buena nota, es un sitio para estar más tiempo, pero tenemos que hacer ruta.

EL 28 DE ENERO SALIMOS HACIA MONTSERRAT

EL viaje a Montserrat es más corto, navegamos solo de día, son 70 millas y vamos de través con hasta 20 nudos aleta traves. Un viaje sin noche y buen viento levanta la moral de la tripu. Llegamos hacia las 17.00 horas. 

Nos acompañan unos calderones, esos delfines con cabeza redonda que parecen tan humanos.

Empezamos a cantar y a improvisar.

Ha sido buena idea aceptar más tripulantes.

EL Krill navega encantado, a 8 -9 nudos.

Vemos Montserrat.

Norwalquiria en proa como una victoria de Samotracia

Es una isla volcánica con reciente actividad.

En los años 80 tuvo su momento de gloria porque el manager de los Beatles, montó aquí un estudio de grabación y muchas celebridades venían a grabar a Montserrat. La llaman la Isla Esmeralda por sus frondosos bosques de un verde intenso, pero ha quedado marcada para siempre por la erupción volcánica que comenzó en 1995 y se prolongó sin tregua hasta 2012. Sólo queda un tercio de los 15.000 habitantes de antaño. La antigua capital Plymouth está enterrada por las cenizas de la última erupción.

Hay que comprobar el estado de actividad volcánica si quieres fondear en determinado sitio. Lo comprobamos y podemos hacerlo, actidad volcánica 1. Huele a azufre, ese olor como a huevo podrido.

 Fondeamos en Old Road Bay, junto a una de sus playas de color negro azabache. Baño nocturno con luna nueva, el mar se alfombra, acaricia y escucha nuestras brazadas, sincronía estelar silenciosa, las estrellas contentas tambien se bañan en silencio, la piel delfín se despierta, el oscuro infinito del agua nos abraza y libera, dormimos en las aguas tranquilas.

Por la mañana cambiamos de fondeo a Little Bay y vamos a hacer papeles para poder visitar la isla.

Al lado de Little Bay hay unas cuevas en los acantilados donde viven miles de murciélagos, es impresionante acercarse de noche. Es un embudo de murciélagos entrando y saliendo. Gracias a ellos, los mosquitos no molestan en Montserrat.

De nuevo un sitio para estar más tiempo, pero aprovecharemos la jornada y después haremos ruta.

 

Una vez aceptada la entrada en la isla que está bajo autoridad británica, en el improvisado puerto de Little Bay, caminamos hasta una franja de cafeterías y bares donde conocemos al jefe de Little Bay, un anciano llamado Moose. Es de esas personas que parece que la silla forma parte de su cuerpo, que se levantará con ella pegada. Con Moose no se puede perder. ¿Necesitas un coche? Puedes coger el suyo. ¿Por cuánto? Tú decides la cantidad. ¿Cuándo debes pagar? Cuando quieras. ¿Ese sonido raro que hace el coche? No te preocupes, es viejo pero fuerte ¿Cuando hay que devolverlo? Cuando quieras, nosotros estamos siempre aquí. No pregunta ni si tenemos carnet. En el coche de Moose, un potente 4*4 Ford monovolumen de los años 2000 nos abrimos paso subiendo y bajando pistas por empinadas colinas y atravesando coloridos pueblos salpicados de iglesias y pequeños bares hasta que llegamos al límite de la zona volcánica, ahora prohibida. Paramos porque la vegetación ya impide el paso por la carretera y entramos en el interior del abandonado hotel Montserrat Springs Spa and Tennis Hotel donde la caja registradora seguía sobre el mostrador, la piscina había sido tomada por la naturaleza y las vistas al volcán, La Soufrière, eran impresionantes. En los recibos extendidos en el despacho del gerente podíamos leer los pedidos de los clientes desde agosto de 1994, y las últimas nóminas de las personas que habían trabajado allí. Había aguas termales cerca, pero al atardecer decidimos emprender el camino de vuelta. Moose y sus amigos nos recibieron con pollo frito, mangos y cerveza fría, nada de lo cual nos dejaron pagar. Nos hicieron muchas preguntas sobre nuestro barco, nuestras vidas y la travesía del Atlántico, pensando que estábamos locos por semejantes aventuras. Cada vez que tienen que ir a Antigua, a 27 millas náuticas, temen el viaje por mar y prefieren ir en avión. Lo han perdido todo y lo han reconstruido, viviendo ahora en una comunidad unida y resistente, con la actitud relajada y el modo de vida lento y amable que tan a menudo se encuentra en las islas pequeñas. Fue un encuentro inolvidable y cariñoso.
Nos despedimos de nuestros nuevos amigos y de las tortugas y de los murciélagos de Montserrat, y ponemos rumbo a San Cristóbal y Nieves, a unas 40 millas náuticas al noroeste.

EL 30 DE ENERO LLEGAMOS A nIVES Y EL 1 DE FEBRERO A SAN kITTS

Esta es una etapa intermedia para llegar a la Isla de Saba. Los fondeaderos no son especiales, aunque gozamos de un atardecer espectacular. Visitamos Charlestown y nos reciben con mucha atención, nos indican el buen sitio para amarrar. La ciudad es pintoresca, pero la tomamos como etapa para avituallamiento, intentamos encontrar butano, pero parece imposible.

Hacemos una entrada equivocada con el dingui y nos metemos en un astillero militar sin permiso, no hemos hecho papeles ni entrada. Nos para un oficial y empiezan con la burocracia. Pero finalmente son comprensibles y nos dejan partir cuando les explicamos que no queremos estar más de 24 horas, que solo queremos avituallamiento, y una farmacia y que los papeles están en el barco que pueden ver desde aquí. Comprensivos. Bien San Kitts, gracias.

Finalmente compramos en el supermercado todo lo que podemos. Hay mucha población negra. Hubo agricultura y esclavos.

EL 1 DE FEBRERO LLEGAMOS A LA ISLA DE SABA

Es una etapa corta, de 40 millas, a toda vela a 7/8 nudos. Es una isla que pertenece a Paises Bajos, es territorio de la Unión Europea. Es toda escarpada y con acantilados, parece ella en si misma un castillo. Hasta el SXX todo tenía que subir por el único acceso existente, una escalera de 800 escalones. Con lo cual era un excelente refugio para piratas y contrabandistas. Tenemos mucha ilusión por llegar, es un sitio insólito y lejano, pintoresco y con fama de tener unos fondos de buceo impresionantes.

Voy un poco preocupado porque sé que no tiene mucha protección y va a haber viento..

Vamos de buen humor, estamos en sincronía, se genera una corriente de energía que nos hace reir, cantar, cocinar o pilotar el barco sintiendo que es lo mejor que podíamos hacer en el mundo. Estamos donde estamos y si somos los mejores bueno y qué ¿Habeis visto la peli Priscila reina del desierto? Pues parecido pero en el mar.

Así es toda la costa.

Cogemos una de las boyas cerca de ese cabo que nos protege del viento. No se puede echar el ancla para proteger los fondos marinos. El lugar es espectacular y parece que el viento baja. El buceo de mañana promete. Bajamos a comprobar el fondeo, y la verdad es que no me gusta mucho, poca cadena sin giratorio y clavado en una gran roca. Pero hago confianza, porque entiendo que lo tienen bien pensado. Error. 

A la noche, nos estamos lavando los dientes y de pronto veo las rocas más cerca de lo normal. Pienso que es un efecto óptico de la noche, nos cuesta darnos cuenta pero nos estamos yendo a las rocas. Hasta que no intento levantar la boya no me lo creo. Super estress, que nos vamos a las rocas, corro a arrancar el motor, la rueda está atada con un cabito para que no de golpes el timón, no llevo el frontal no veo los nudos para soltar y no puedo maniobrar dios, menos mal que el cuchillo de seguridad está en su sitio y puedo cortar inmediatamente el cabo. Maniobro hacia atrás para salir sin enredar el cabo de la boya en la hélice pero suena ese terrible sonido que recorre mi espalda como un helador escalofrío; tocamos roca. De nuevo. El estómago se me encoje. Cambio de marcha y me la juego, maniobro hacia delante todo a estribor. Salimos despacio y nos alejamos.. uuufuaauu ayayayay

- ¡¡Recoger la amarra y tirar el cabo de la boya!!

El viento se levanta, es noche cerrada como el carbón.

- ¿Qué hacemos ahora?

- Sacar los focos y vamos a buscar otra boya.

El viento va subiendo. Podemos coger otra boya y la adrenalina va bajando, el susto queda y la preocupación de los posibles daños.

- ¿Y ahora nos fiamos de esta boya aquí toda la noche con este viento?

- Podemos hacer guardia y poner las alarmas de garreo de ancla.

- Mañana por la mañana vemos los daños. Pero no ha sonado a crujido, ha sido ruido plano.

Hacemos así. Pero el viento sopla fuerte y el Krill baila la samba, bornea muchísimo de lado a lado, es imposible dormir, se sube encima de la boya, los ruidos son demasiados, el viento aulla, parece que estamos en una centrifugadora con los rodamientos rotos. La isla nos hecha, no nos quiere. Pasamos la noche prácticamente sin dormir.

A la mañana siguiente tenemos todos claro que nos tenemos que ir, que Saba no nos quiere y que el viento nos quiere sacar de ahí. Decidimos desayunar, hacer al menos un buceo de los fondos próximos y zarpar. Comprobamos primero los posibles daños, son muy leves, simple arañazo en la quilla recién pintada, bien no pasa nada, ya me relajo. Buceamos con fusil, hay peces, grandes y pequeños, barracudas, tortugas, peces loro. Cazo un pargo y un pez loro. Muy ricos, abajo cabeza de pez loro, es un pez muy rico que come coral, no come peces, es precioso y está fuera de la contaminación de cigüatera, la epidemia marina mundial, una especie de gripe mas o menos grave que se trasnmite desde un micro alga que se comen los peces y se va acumulando en la cadena trófica. Al final los grandes depredadores de las costas son los más contaminados; barracuda, mero ...

Se puede ver el diente que tiene el pez loro para rascar el coral.

Nos vamos de SABA, aceptamos el rechazo, no pasa nada. Quizá lo volvamos a intentar, hasta pronto.

 

EL 3 DE FEBRERO LLEGAMOS A LA PARGUERA PUERTO RICO

La travesía es de 220 millas hasta Puerto Rico. Seguimos con buen viento. Hacemos las 220 millas en 30 horas, una media de 7,3 millas. Campeones. Desde lejos, la costa sur de Puerto Rico parece muy industrial. Se ven instalaciones industriales muy feas, poco atractivas. Busco una arribada que parece chula, La Parguera. Tiene una entrada complicada de canales entre cayos, debemos llegar antes de que anochezca, vamos justos, pero podemos hacerlo. Negociamos bien las decisiones y corregimos rápido los errores. Para la entrada necesitamos los 10 ojos atentos. Masterino va al timón, yo a la carta dando las infos precisas y los demás oteando bajos o al piano y facilitando la comunicación. Es en estos casos cuando la comunicación es más delicada, yo traslado la info de la carta desde dentro del Krill y Masterino debe entenderla exactamente y contrastarla con lo que ve en la realidad. Hay puntos donde podríamos encallar. Fundamental controlar los nervios para que la comunicación fluya, dar la información exacta, corta clara y concisa sin nervios. Es un precioso equilibrio entre la confianza y la duda que se regula con una buena dosificación del lenguaje. Confirmamos las propuestas, aceptamos las objeciones, escuchamos con atención, corregimos si necesario, volvemos a confirmar, escuchamos y repetimos. Los delfines nos acompañan. Y entramos en La Parguera a tiempo, antes de que se haga de noche. Bravo de nuevo. Podemos cumplir con el rito instalado de "Chupito al ancla". 

Nos cuesta mucho llegar a tierra. Estamos en USA, el paraíso de la propiedad privada. La costa son todo casas particulares, La Marina está cerrada, no podemos llegar a tierra porque nos metemos en las casas de la gente y eso no puede ser. Nos cuesta un buen rato hasta que finalmente descubrimos un pequeño muelle de un taller que tiene salida a la carretera. Está todo desierto y sin cobertura no sabemos donde ir. Finalmente preguntamos en una casa que nos indica muy amablemente y caminamos 20 min hacia el pueblo. Preguntamos a unos chavales que juegan al basquet y da mucho gusto hablar en español tan lejos de España. Muy simpáticos nos explican. Las lagartijas son muy grandes. Por fin llegamos al pueblo. Localizamos supermercado, pero ya está cerrado. Estamos bien y pedimos cerveza. Aquí hay tecnología, la famosa, amada y detestada tecnología, que nos permite alquilar un patinete eléctrico para volver hasta el dingui divertidísimos.

A la mañana cumplimos el bendito ritual del baño matutino. Este es el sitio donde hemos fondeado. Es fondo fango y con un poco de viento empieza a garrear, en un momento estamos en 2 metros de profundidad. Solicitamos plaza en La Marina, que es muy pequeña, solo tiene una plaza libre. En estos casos te alegras de no tener un barco más grande, el Krill cabe casi en todas partes. El personal de La Marina es tan simpático y amable que nos lleva en coche hasta el pueblo. Fantástico, Puerto Rico un premio. Vamos al pueblo, comemos y compramos, los precios son americaros. Pero en La Marina no nos cobran nada por estar una tarde. Me sorprende que los carteles estén solo en español y pregunto porqué:

- Aquí el inglés es impuesto, nuestro idioma es el español y los carteles los ponemos en español.

 

Nos vamos de La Marina a fondear a una bahía que se anuncia en Navily como "Bahía de agua luminiscente". El microplacton que se ilumina cuando lo agitas. Vamos y estamos completamente solos. Hacemos fiesta. Toco el Gubal, bebemos y fumamos. Trucha Sound. Cuentos musicales y tubos de buceo en la boca como ejercicio de vocalización. Nos reímos mucho, la bahía es para nosotros. Nos metemos en el agua con un traje de purpurina que brilla cuando nadas. Peter Pan y Campanilla nos han echado los polvos mágicos para poder volar, para ser niños y poder volar, cubiertos de luciérnagas acuáticas, ser delfin brillante o leona marina fluorescente.

EL 6 DE FEBRERO LLEGAMOS AMANECIENDO A LA ISLA DE SANOA EN REP. DOMINICANA

Son 120 millas de travesía, buscamos el viento bajando al sur, porque en rumbo directo nos quedaríamos parados. Cruzamos el estrecho de La Mona entre Puerto Rico y Rep. Dominicana. Tardamos unas 20 horas, hicimos la buena elección porque una vez encontrada la presión remontamos bien hacia destino. La tripu cada vez gobierna mejor el Krill, da gusto. Orion nos guía, vamos bordeando la Isla Saona, Reserva Natural y buscamos la costa para fondear. Es el extremo sureste de Rep. Dominicana. Una línea continua de playa caribeña. Agua turquesa y cristal y cocoteros. Solo hay un barco. 

Aguajun se hecha al agua siempre en cuanto puede e indica como está el fondo y como queda el ancla.

No todo es siempre color de rosas, en el espacio de un barco las sensibilidades a veces se rozan mal. La cuestión siempre es poder regular la válvula de escape. Y echarse al agua siempre ayuda, los fondos marinos te llevan al otro mundo, la fauna te cuenta que otro mundo existe y eso siempre te absorve y hace olvidar.

El problema es el egoísmo. Es muy raro que alguien se preocupe por tí, que te vea, que te sienta, que te priorice antes que a sí mismo. Todos estamos siempre con nuestros problemas, nuestras sensaciones y placeres, nuestros agobios y nuestras necesidades, no te das cuenta, y de pronto te has olvidado del que tienes al lado y le has pisado. Entonces se queja y lo tomas como una agresión, se monta el lío. Todos necesitamos que nos vean y escuchen. El equilibrio está entre lo que hablas, lo que escuchas y lo que preguntas. Pero el mar lo regula todo, y esta tripu es superrr.

Estamos completamente solos en una línea infinita de playa con cocoteros hasta las 10.00h de la mañana. A esa hora empiezan a pasar barcos de turistas. Parece una autopista. Catamaranes y grandes motoras con turistas con chalecos y la música a tope decibelios pasan delante nuestro uno detrás de otro en direccion a la isla de Sanoa. Qué desfile. Aquí la industria del turismo funciona, hay gasolina. Cuando el tráfico pasa desembarcamos en la playa de enfrente y nos metemos un poco en la selva que está justo pegada. En busca de cocos.

Nos adentramos un poco en la selva y al cabo de un rato sale un chico con machete de un chamizo que nos dice que no podemos estar ahí, que es un sitio donde se está rodando un programa de televisión, y que él es el guarda y que nos tenemos que ir. Aceptamos sin rechistar pero sorprendidos. 

- ¿Es un programa parecido a lo de Supervivientes?

- Si si.

- Vale ya nos vamos nosotros solo queríamos coger algún coco. Pero seguro que lo hacemos muchísimo peor que tú.

El chaval despararece un momento y reaparece con un ramo de cocos, se pone a pelarlos y los abre para que bebamos. Riquísimos. Estamos en el Caribe. Le tenemos que decir que no abra más. Es un encanto, jugador de beisbol con la carrera truncada debido a un accidente. Se llama Rauni. Le pagamos por los cocos y lo agradece.

Aparece una barca con pescadores y nos venden unas langostas. Y sacamos caracolas.

Es una zona arenosa sin corales, buceamos y lo que encontramos son dos sombreros de turistas. Uno de ellos de marca. Hay que ir con mucho cuidado porque vamos sin boya señalizadora y las motoras van cerca y muy rápido. Nos toca movernos al puerto de La Romana para hacer la entrada en el país y compras necesarias, sobre todo gas porque nos estamos quedando sin butano y en esa zona del mundo lo que hay es propano. Y sin gas no hay comida.

Navegamos hacia el puerto de la Romana. Que no es puerto, es un río, Río Dulce, donde puede recalar un ferrie en un muelle, pero nada más, nosotros tenemos que echar el ancla en el medio del río y movernos con el dingui. No hay ni pantalán para acercarse a capitanía, son rocas con un poco de hormigón y tres neumáticos para proteger. Los papeles se hacen bastante rápidos, a pesar de tener que escribir a mano casi todo nosotros para que luego lo fotografíen todo y lo vuelvan a escribir en el ordenador. Los papeles copiativos siguen existiendo, creo que dan el nivel de avance tecnológico de la institución. Por un lado viene una persona de inmigración, por otro lado una de aduanas, por otro lado capitanía, autoridad portuaria... ni sé. Cada una hace su papel copiativo y su foto a los pasaportes. Algunos se los escribimos nosotros. Algunos nos cobran 20 euros. No tienen datafono y para cobrar nos tienen que llevar en coche al otro lado del río. Menos mal que entre dos podemos agilizar todo. Es un despropósito pero dentro de lo que cabe en una hora más o menos estaba todo hecho y podemos ir de compras. Me acuerdo de Martinica, que en 10 minutos lo hice yo todo en un ordenador y sin coste. Y en Montserrat también. Objetivo lavandería y propano. Concentración.

El río Dulce de la Romana tiene dos lados, Buenavista, que es el de los ricos, y Río Salado que es el de los pobres. La ciudad está en el lado de los pobres. Por supuesto no hay embarcadero y tenemos que pedir permiso para amarrar entre dos barcas en la casa de un vecino que estaba comiendo en su terraza. Nos da permiso y saltamos a su terraza. Es un barrio muy humilde. Agradecemos y explicamos nuestra necesidad. Nos explica muy amable donde está el centro comercial, y una posible ferretería para el gas propano. Nos vamos y yo pienso: "Nos podrían robar el dingui con total tranquilidad". Subimos la escaleras hacia la cuidad.

En cuanto ponemos los pies en la acera de la ciudad, un hombre de la esquina (a quien llaman Mondongo) nos pregunta que a donde vamos. Le explico y en seguida se ofrece a acompañarnos, primero a la lavandería. Está cerrada. Se ofrece a llevarle a Norwalkiria en moto a otra lavandería que el conoce. Accedemos y yo pienso. "Si quieren la raptan o lo que sea con total facilidad". Mientras hacen la lavandería, Aguajun y yo gestionamos el butano con éxito. Volvemos a la esquina y Mondongo se ofrece a llevarme a cargar de gas la bombona de butano en la gasolinera. Les dejo a las chicas en la esquina bastante animada. Y cuando vuelvo casi hay una fiesta. Un buen grupo de chavales hablan con las chicas, los perros juegan, una señora nos trae polos, la esquina animada. Muchos trabajan de marineros en yates de ricos. Norwalquiria se va a recoger la lavandería con Mondongo. La amabilidad de la gente nos encanta. En dos o tres horas hemos gestionado todo y nos vamos. Muchas gracias a todos, Mondongo, sin tu ayuda no habría sido posible. Por supuesto le pagamos bien.

Mientras esperan en el barco, porque tardamos unas horas, hacen bricolages, cabullería, gasoil...

Gracias Masterino por tu disposición, por tu tripulación y por tu conocimiento, que entregas con pasión.

Gracias Psimarina por ese esfuerzo permanente de perforar la normalidad con tierna agudeza. Las frases del día y los cuentos musicales, la vocalización entubada...

Podemos salir de La Romana y poner rumbo a Bayahibe, un pueblito turístico de pescadores. Volvemos con buen viento justo con la puesta de sol.

El dingui se deja en la playa. El sitio tiene encanto. Un buen restaurante justo en la playa. Y muchos dentro del pueblo.

La capacidad turística es brutal. Absolutamente nada que ver con el Caribe francés. No hay cruceristas, debemos de ser solo 5 cruceristas fondeados. Aquí van a volumen, autobuses de turistas y paseos en barco a turistas, a muchos turistas. Todos los barcos de la foto son para eso.

Y a la noche todos los turistas se van a su hotel que está normalmente en Punta Cana. Bayahibe se queda bastante tranquilo, no tiene grandes hoteles y hay mucha población local. 

Encontramos el restaurante de Mamma Rossa. Que es una mujer encantadora con su Rincón del Amor. Comimos opiparamente. Por alguna razón extraña, en ese restaurante se empieza a gestar el follón con aduanas. Probablemente por hablar de más. Le dije a Mama Rossa que mañana íbamos a La Romana a hacer el despacho de salida y ella llamó a un amigo suyo de aduanas para facilitarnos.Y el amigo llamó al jefe o al colonel, y me pasó la llamada. Y se lió la cosa.

A las 12.00h de la noche, cuando ya estábamos durmiendo, nos llega al barco una lancha de aduanas con dos chavales en chandal y metralleta pidiéndonos los papeles. De nuevo tenían que hacerle foto a la docu con el teléfono y no podían porque el tlf. era muy malo. Al final les hago foto con el mío y se la mando por wasap y se van. Mm no entendemos muy bien, pero parece que uno de los que llamaron por tlf. desde el restaurante estaba de guardia y aburrido.

Llega mañana la siguiente tripulación. Llega el relevo. Mucha pena. Mucho cariño. Mucha fiesta. Hay que hacer la despedida como dios manda. Encontramos un Karaoke y celebramos nuestro éxito: unas 600 millas en 14 días por el Caribe, 6 recaladas, sitios reconditos y preciosos, ningún percance que lamentar, muchas canciones, muchas risas y más sonrisas. Nuevas relaciones para siempre. Hemos mutado. Qué suerte tener el privilegio de poder decir que sí.  

NORWALQUIRIA, GRACIAS POR TU ALEGRÍA, ESPONTANEIDAD Y TUS CANCIONES, CAMBIAS EL MUNDO.

SUPER TRIPU, LOVE CREW!!!